Años y años...

Cuando me veáis en las revistas de cotilleos, en los catálogos de Ocean en los discos o en las películas pensaréis "que suerte tiene esa". Sí, he tenido suerte, pero no ha sido solo eso, ha sido el esfuerzo, la dedicación y la pasión lo que me ha puesto aquí. Siempre a la edad de cinco años debemos elegir a que marca presentarnos, ¿para qué? ¿Para tener más tiempo para prepararnos? No lo se. Lo que sí se es que uno a esa edad no sabe lo que quiere, aunque siempre hay excepciones... No digo que yo de pequeña estuviese empeñada en ir a Ocean, pero había indicios, me encantaba el color azul y nunca paraba de cantar. Mis padres tenían lo justo. Un trabajo que les gustaba pero que no les daba lo suficiente. Yo era su única esperanza de cambiar sus vidas, porque mis análisis neurologicos salieron muy altos, cosa que sucedía muy pocas veces. Aunque yo me considero una persona muy normal. Bueno como iba diciendo, mis padres eligieron Ocean, y estaban muy seguros de que entraría, les cambiaría la vida y les garantizaría un buen futuro a mis hermanos. Esa fe ciega en mí me agobiaba, pues sentía que no les podía decepcionar. No os voy a mentir, los años siguientes fueron muy duros. Me pasaba el día estudiando, apenas salía de casa a jugar con mis amigas, no tuve novio ni ninguna historia adolescente. Eso no quiere decir que los demás no hiciesen nada por su futuro, solo que ellos no apuntaban tan alto. 98 temas me tuve que aprender de memoria, eso es lo que recuerdo de mi infancia. ¿Qué me hizo seguir adelante? La visión de un futuro mejor, de una vida nueva. El saber que se pueden cambiar las cosas si se llega a la cima. Aunque había momentos en los que me derrumbaba, pero siempre me volvía a levantar. No solo era estudiar, también iba a la escuela, donde ver que hay gente pasándolo como tú no te hace sentir tan sola. Y cuando lo explicaban los profesores todo era más fácil. Hay momentos de mi infancia que son agradables. Cosas simples pero que te quedan marcadas en el corazón. Como un cumpleaños, una excursión al campo  o unas cortas vacaciones. Así que antes de juzgar a una persona y decir que que suerte tiene, pensar en todo lo que ha tenido que sufrir...