El comienzo

Que cómo comenzó, eso es lo que mucha gente se pregunta cuando nos ven en las apps de cotilleo, en la televisión, en la prensa rosa... Cada uno tiene una historia, no se la de los demás pero si que puedo contar la mía. Es ese momento en la vida que sabes que nunca se te va a olvidar...

 

Sábado 7 de septiembre 

Eran las 7:00 de la mañana. Ese día habíamos tenido que madrugar mas que de costumbre para que nos diese tiempo a hacer todos esos exámenes que habíamos estado estudiando todos estos años. Miré por la ventanilla del flotabús (un gran autobús que flotaba casi tocando el suelo). Era de un azul muy chillón, la verdad es que me desagradaba un poco. Olía a desinfectante y por fuera la gente se nos quedaba mirando. Siempre. En mi barrio con pena, pues pensaban que nos estábamos esforzando para nada, que nunca entraríamos y aquí, en esta zona lujosa con repulsión, como bichos raros que no pertenecen a este sitio. Y en cierto modo tenían razón. Nosotros no teníamos esas maravillosas cápsulas individuales con aire acondicionado, comida, bebida, grandes vistas... Ni esas grandes mansiones y chalets que se veían a lo lejos al lado de la costa. La verdad es que vivir allí era como un sueño. Salí de mis fantasías, para tener todas esas cosas tan alucinantes primero había que entrar, y eso solo ocurría una de cada 10.000 veces. Cualquiera que lo viese desde fuera diría que era imposible no deprimirse, que era una meta prácticamente inalcanzable. Pero en ese momento no podía pensar en eso, estaba en una nube.

 

Vimos a lo lejos el palacio de Ocean. Era imponente, un edificio enorme echo de cristal, completamente azul. Se veía a la gente trabajar. Millones de mujeres (y algún que otro hombre) con sus trajes y y sus corbatas, todos vestidos de azul y muy elegantes. Incluso a alguien a quien no le guste mucho el azul le habría impresionado. Mis compañeras y yo (todas boquiabiertas) salimos del flotabús y nos encaminamos hacia la entrada. Era una puerta enorme de cristal, con filigranas grabados e imágenes holográficas decorativas. Allí nos esperaba una joven muy guapa (todos eran muy guapos) que nos acompañó hacia el interior. Cuando entramos casi me da algo. Paredes táctiles holográficas con productos de Ocean, todo de distintos tonos de azul, miles de puertas y ventanas, mesillas y jarrones, todo lo que os podáis imaginar y mucho más.

 

Llegamos a una sala de espera muy bonita donde había siete puertas, cada una conducía a un exámen. Nos dividieron en siete grupos y el examen empezó. No recuerdo mucho de los test, solo que no me resultaron muy difíciles, había que contar cosas de la empresa, su historia, música, moda, márquetin, cultura general y productos. Las habitaciones eran rectangulares donde cabían 15 personas más o menos. Los exámenes duraban 1 hora cada uno , por lo que acabamos a las 14:30 aproximádamente. Cuando terminé me sentía agotada, como si me hubiesen exprimido el cerebro. En lo único en lo que podía pensaba era en comer, que hambre tenía. Me puse a charlar con Sonia y Carolina, mis mejores amigas. No tenía muchas ganas de hablar del examen pues como ya os he dicho estaba exhausta, por lo que empezamos a hablar de lo maravilloso que sería vivir aquí.

 

Entre fantasía y fantasía llegamos sin darnos cuenta a un gran comedor. Pero no como los de mi antigua escuela, las mesas hechas de hierro oxidado, las paredes con goteras y mal pintadas, olor a comida pasada y platos y bandejas de metal. Por no hablar de la comida, a veces costaba diferenciar que era. El colegio no estaba mal, pero el comedor era insoportable. Aquello era todo lo contrario, las mesas eran de cristal azul transparente , con delicados manteles azul cielo bordados con una tela con microorganismos agradables al tacto. La comida era servida por unos camareros en unos platos de porcelana azules con unos decorados muy bonitos, la comida tenía una pinta deliciosa... 

 

Nuestros tacones resonaban en el suelo de cristal mientras caminábamos por el largo pasillo observándolo todo. Las paredes tenían pantallas holográficas con películas y series Ocean, noticias, anuncios de productos, videoclips de canciones y desfiles de moda. Nos sentamos en una mesa del fondo, mientras charlábamos comentándolo todo, un mayordomo muy alto y con bigote nos sirvió un filete con patatas fritas. Pensareis que eso no es nada lujoso, pero  estaba buenísimo, la mejor comida que había probado jamás. Comí tranquila, y por un momento olvidé que estaba a punto de suceder el momento más importante de mi vida. Pero duró poco. Cuando sonó una campanilla anunciando el fin de la comida me puse muy nerviosa. Se me revolvió el estómago y me entraron ganas de vomitar. 

 

Cuando nos volvieron a llevar a esa sala de espera no me podía quedar quieta, hasta que una chica Ocean con una sonrisa en la cara me pidió que me sentase. Empecé a hojear las revistas que estaban hechas de partículas electrónicas pero que parecían hojas de papel, como las revistas antiguas. Para distraerme, le pregunté a la guía:

-¿El comedor y estas salas, los utilizan para algo más que para los exámenes?

-El comedor lo utilizan para comer las chicas Ocean y algunos funcionarios que residen en palacio. Y las salas si que son únicamente para esto.

-¿Todas las chicas Ocean residen en palacio?

-Casi todas, menos las mejores con un brillante futuro que viven en los chalets que hay en la costa. En los chalets está la gente más famosa de Ocean .- no me dio tiempo a preguntar nada más, pues de repente salieron dos chicas con una tableta en la mano anunciando los resultados de los exámenes. Iba por apellidos, por lo que era de las del medio. Las notas eran bastante buenas aunque ninguna excelente. Hasta que llegó la de Carolina, 9,5. Se levantó de golpe y se puso a chillar emocionada, el resto de las chicas se miraron abatidas, era casi imposible superar eso. Luego llegó la de Sonia, 9,3. La pobre se aguantó las lágrimas como pudo. Yo fui corriendo a consolarla. Por fin llegó mi turno... 9,8. Me quedé muda, todo se paró a mi alrededor. No me enteré muy bien de lo que pasaba, vi a Carolina gritando, diciendo que me odiaba y saliendo corriendo llorando. Todo fue muy rápido, algo surrealista. Continuaron la lista hasta el final, aunque nadie me superó...

 

No tenía ni idea de qué había que hacer ahora, no me habían preparado para eso. Las chicas de la tableta se acercaron a mi y me pidieron que las acompañara. Por el camino me alisé el vestido azul cobalto nerviosa, y me coloqué el pelo. Llegamos a una puerta donde ponía despacho. Me abrieron la puerta y me dijeron que entrase, ellas se quedaron fuera. La habitación no era muy grande, solo había una gran mesa, con dos sillas a un lado y un gran sillón azul al otro ocupado por la directora. Me senté sin saber muy bien si tenía que hablar. Miré a mi alrededor incómoda. Una de las paredes estaba ocupada con una pantalla holográfica, otra estaba llena de libros antiguos, la tercera estaba al raso con tan solo algunos cuadros de decoración y la última era de cristal transparente que daba a un hermoso y verde jardín. Era una mezcla rara, pero que por alguna razón quedaba bien. Entonces me fije en la directora, era una mujer de mediana edad con unos ojos tan azules que parecía que miraban a través de mí y un pelo rubio casi blanco recogido en un perfecto moño. Daba un aire de respeto y profesionalidad, pero también inspiraba confianza. Habló sin andarse con rodeos, cosa que me gustó.

-Aída, tus notas han sido espectaculares, tienes un físico increíble y un gran potencial. Ocean tiene preparado un gran futuro para ti, espero que sepas que no eres una chica Ocean cualquiera. Alice, la del pelo negro recogido en una coleta te acompañará a tu habitación. Esto es temporal, pues vas a tener tu propio chalet. El contrato, tus proyectos y la escuela a la que irás lo mirarás mañana con Alice, ¿de acuerdo? Y una última cosa, si lo deseas podemos admitir a Sonia para que trabaje con nosotros, no sería una chica Ocean pero trabajaría aquí. Pero ya la verás mañana ahora te vas derecha a tu habitación.

 

Había estado callada todo el tiempo, asintiendo con la cabeza, pero por dentro no podía estar más contenta. Iba a ser una chica Ocean, y de las importantes, y Sonia estaría conmigo. Alice me condujo a mi habitación. La verdad es que era bastante simple, con una cama, un mini salón y un baño. Me dijo que habían mirado mi expediente y que todo lo que me gustaba estaría en mi nueva casa a la que me mudaría el sábado. Le di las gracias y me fui directa a la cama, pues estaba realmente agotada.

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Comentarios: 1
  • #1

    LA DESPIERTA (miércoles, 02 marzo 2016 17:28)

    Me encanta que estés escribiendo esta historia, ojalá lo hiciesen la mayoría de los famosos.